Hoy en día hemos conservado algunas de las
tradiciones antiguas de la boda letona y para entender mejor como celebramos la
boda hoy, nos vendría bien conocer su historia.
Antiguamente la boda duraba al menos tres
días. Además solía empezar la celebración de la boda los martes o los jueves
porque no se podía casar en domingo, ya que era un día de descanso.
Hace mucho tiempo no había una boda en el
sentido en el que la conocemos hoy porque el novio robaba la novia a su familia
llevándosela a su casa, muchas veces muy lejana. La familia de la novia no la
veía hasta unos años después cuando ya tenía hijos, pero entonces ella ya no
quería volver.
Luego comenzó la tradición de la compra de la
novia cuando el novio iba a visitar a la familia de la novia ofreciéndoles dinero
por haberla criado y educado, también
por la pérdida de una ayuda en los trabajos de casa y campo, y por el ajuar que
ella había hecho.
En las tradiciones antiguas si la novia
aceptaba casarse, en ese mismo momento se intercambiaban las alianzas. El novio
como señal de sus buenas intenciones regalaba dinero. A veces la novia después
de la pedida se iba de casa de sus padres para vivir con el futuro marido. La
boda la celebraban en otoño cuando habían acabado todos los trabajos del campo
y recolectado la cosecha para poder preparar la comida y la bebida de la
celebración. Como dicen los letones - la mesa debía romperse de comida.
La manera más parecida de celebrar la boda
como la conocemos hoy es la siguiente. Un día antes de la celebración la novia
se iba con los padrinos, pero no podían irse sin cantar. Tenían una especie de
conversación con los padres de la novia a través de canciones que tenían carácter
humorístico. En el día de la boda la novia tenía que vestirse, pero ella lo
hacía sin ganas así que los padrinos le metían prisa animándola porque tenían que
llegar a la casa del novio donde les estaban esperando. Al llegar se intercambiaban
las alianzas en una ceremonia y los invitados cantaban en honor de los recién
casados. La madrina le daba a la novia un trozo de pan partido y el padrino le
daba una jarra de cerveza al novio.
Después seguía el banquete, el baile y todos
cantaban. Pasado un tiempo realizaban un rito llamado ´mičošana´ [michosana]. Es cuando en realidad los
novios se convierten en casados. El rito empezaba con un baile de la novia con
los chicos solteros y el novio con las chicas solteras. Después del baile a la
novia le quitaba la corona y le ponían un gorrito de mujer casada (la corona se
la ponían a una hermana, una pariente o una amiga soltera). Por otra parte al
novio le pusieron un sombrero.
En este momento la novia abría su baúl con el ajuar preparado dentro y daba regalos a su familia y a la del novio. Luego la pareja ofrecía pan, queso y cerveza a todos los invitados y pasaban a la mesa a seguir comiendo.
En este momento la novia abría su baúl con el ajuar preparado dentro y daba regalos a su familia y a la del novio. Luego la pareja ofrecía pan, queso y cerveza a todos los invitados y pasaban a la mesa a seguir comiendo.
Al segundo día todos iban a despertar a la
pareja, desayunaban y la madre del marido le enseñaba la casa a la mujer. El
paseo con la suegra terminaba en la chimenea donde la mujer tenía que enseñar
que sabía encender el fuego. Si el fuego ardía tranquilamente, la pareja iba a
vivir sin problemas y discusiones, pero si ardía con muchas chispas, sería problemático.
Al tercer día iban a ver los establos y los campos, donde trabajaría
el marido. Los invitados ayudaban a preparar el campo para la siembra y la mujer
mientras tanto les preparaba la sopa de col caramelizada. Esa era la señal que
la boda se había acabado y la gente tenía que irse. En el caso de que algún invitado
no quisiera irse, escondería el cazo o algunos ingredientes para retrasar la
preparación de la sopa.
Antes de irse los invitados tenían que pagar
por la comida y la bebida, no siempre era dinero, daban lo que tenían (grano,
ropa, mantas).
El verdadero final de la boda era una semana
después de la ceremonia llamado ´postboda´. Este evento lo celebraban en la
casa natal de la mujer. La mesa estaba llena de comida, no podía faltar nada,
ponían todo lo que tenían en casa. La postboda duraba un día y con ella
finalizaba la boda.
Para leer sobre las tradiciones de la boda letona de hoy en día pulsamos aquí.
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